Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones,
súplicas y acciones de gracias por todos, sin distinción de personas; por los
jefes de estado y todos los gobernantes, para que podamos llevar una vida
tranquila y en paz, con toda piedad y dignidad.
Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador, pues él
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
* Era necesario que Jesús viniera a la
tierra “Mateo 1:21” padeciera “muriera”
y su sangre fuera derramada para que su obra de Salvación quedara completa y se
siguiera extendiendo hasta su nuevo regreso “Mateo 10:33, romanos 6:21, Lucas
24:46-47” en el texto anterior se nos muestra que si podemos pedir o “interceder”
por otras personas.
1 TIMOTEO 2:5-6
Dios es único, y único también es el mediador entre Dios
y los hombres, Cristo Jesús hombre, que en el tiempo fijado dio el testimonio:
se entregó para rescatar a todos.
Jesús es el único mediador
entre Dios y los hombres sí, pero por nuestra salvación “hebreos 9:28” no es mediador entre las
oraciones y peticiones porque si Jesucristo no hubiera muerto no habría ningún ser
en el cielo ni en la tierra que pudiera hacer que los seres humanos fuéramos al
cielo “hebreos 9:15-16”
A demás en la
biblia se ve que nosotros podemos pedir por otras personas y viceversa no hay ningún
versículo que lo prohíba al contrario hay ejemplo y la biblia también los
favorece “numero 21:7, juan 2:3-5, 1 Timoteo 2:1-2”
MARCOS 12:27
Dios no es un Dios
de muertos, sino de vivos.
SANTIAGO 5:16
Por eso,
confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados.
La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
APOCALIPSIS 5:8
Cuando lo tomó, los
cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero. Lo mismo hicieron los
veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de
perfumes, que son las oraciones de los santos.
CONCLUSIÓN
Todos podemos interceder unos por otros; entonces si Dios es
un Dios de vivos todos aquellos que hayan muerto en Santidad "Los Santos" están en el cielo y
están más íntimamente unidos con Cristo, confirman más firmemente a toda la
Iglesia en la santidad y no dejan de pedir o interceder por nosotros ante Dios.
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